Gracias por Practicar Distanciamiento Social

La semana pasada, en medio de una serie de informes políticos sobre la reapertura del país, hubo una gran cantidad de blogs, seminarios web y artículos relacionados con cuándo y cómo las iglesias pueden igualmente reabrir. Voy a poner algunos enlaces a medida que avancemos, pero quiero tratar de resumirlos con algunos pensamientos y preguntas importantes que deben ser discutidas antes de que su iglesia regrese a tener servicios en persona.

 

El 12 de marzo, escribí un blog animando a las iglesias a suspender los servicios en persona porque era la mejor manera que en ese tiempo y lugar, podía cuidar a las personas más vulnerables y mejor amar al prójimo. Según todos los informes, esto parece haber funcionado ya que Houston ha alcanzado el pico de los casos de COVID-19.

 

Ahora, muchos líderes de la iglesia se están preguntando: "¿Cuándo podemos volver a reunirnos en nuestros edificios?" En esencia, creo que se trata de una cuestión del liderazgo basado en las gestiones de riesgos.

 Como líderes de iglesia, debemos considerar no solo lo que está permitido sino también lo que es más prudente para nuestros miembros y las comunidades de nuestra iglesia en nuestro contexto particular. Debemos practicar el liderazgo de servicio al poner las necesidades de los demás antes que nuestros legítimos deseos de prontamente estar juntos en persona.

 Aprovechemos al máximo la oportunidad que Dios nos ha dado y confiemos en el perfecto plan de Dios inclusive en estos tiempos difíciles.

Soy coautor de esta declaración junto con otros líderes cristianos de nuestra ciudad. Instamos a las iglesias a continuar brindando servicios de adoración solamente en línea durante el mes de mayo. Varias iglesias de la UBA han firmado esta declaración. Te animo a que también agregues el nombre de tu iglesia a la lista. Si desea agregar su iglesia, hágamelo saber.

 

¿QUÉ ES LA EXAGERACIÓN, QUÉ NO ES Y QUÉ DE HOUSTON?

 Si bien COVID-19 ha afectado a todo el país, no lo ha afectado por igual. En el momento de escribir este blog, el condado de Harris tenía más casos confirmados que cualquier otro condado de Texas (solo unos pocos menos que los condados de Dallas, Tarrant y Travis combinados). El condado de Harris también tiene la mayor cantidad de muertes relacionadas con COVID-19, mientras que los condados de Liberty, Waller y Chambers no han reportado ninguna muerte. En contraste, la tasa de mortalidad en el condado de Galveston es casi el doble que en cualquier otro lugar en el área metropolitana de Houston (Ft. Bend le siguiente) y casi tres veces mayor que el condado de Harris.

Digo eso para indicar, como con muchas otras cosas, el contexto es la clave.

 La Casa Blanca y el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) han emitido pautas para una reapertura de la sociedad estadounidense por etapas con un enfoque en el sector empresarial. Este documento requiere que los estados o regiones entren en etapas después de cumplir con ciertos criterios por un período de 14 días. Luego deben cumplir con ese criterio nuevamente antes de pasar a la siguiente fase.

En esencia, los factores activador para un movimiento a cada fase ocurre cuando un estado informa una reducción sostenida en los casos de afectados (o pruebas positivas en proporción de las pruebas totales) durante al menos 14 días (es decir, el período de incubación); los hospitales locales pueden tratar de manera segura a todos los pacientes que requieren hospitalización sin reducir los estándares de atención en tiempo de crisis; y existe la capacidad en el estado de evaluar a todas las personas con síntomas de COVID-19, junto con la capacidad del estado de realizar un monitoreo activo de todos los casos confirmados y sus contactos. Si el Condado de Harris puede cumplir con estos criterios requeridos durante 14 días, entonces ingresamos a la fase 2 y veremos si podemos repetir los criterios requeridos dos semanas después.

 

El CDC también ha emitido pautas para los programas de cuidado infantil que todas las iglesias deberían leer antes de considerar abrir su guardería o ministerio de niños en el futuro.

 

Cuando el gobernador Abbott habla por el estado de Texas, debe hablar por todo el estado, desde los condados que no tienen ningún caso confirmado de COVID-19 hasta nosotros aquí en Houston. Esta es también la razón por la que dependemos de nuestros funcionarios locales para complementar esas órdenes ejecutivas con orientación local, como la orden de la jueza del condado de Harris, Lina Hidalgo, de que se usen máscaras en público durante los próximos 30 días.

 

Sabemos que los portadores de COVID-19 pueden ser asintomáticos, lo que significa que usted puede ser transmisor del virus antes de tener fiebre. Esperamos que la luz solar y las temperaturas cálidas disminuyan la efectividad del virus, pero en este momento no hay ninguna investigación pública que respalde esto relacionado con COVID-19. Sabemos que el distanciamiento social de una forma u otra llegó para quedarse por varios meses más, y sabemos que los ancianos y aquellos con problemas de salud subyacentes continuarán en riesgo.

 

DISTINCIÓN DE NECESIDAD VERSUS DESEOS

Como líderes de iglesia, debemos recordar mirar todo el sistema en el que lideramos: un sistema que incluye los políticos, líderes empresariales, profesionales médicos, educadores, trabajadores sociales, las familias en nuestras iglesias y nuestros propios seres queridos. Los líderes cívicos, cuyas necesidades y demandas son fundamentalmente diferentes a las de los líderes de la iglesia, han comenzado a emitir órdenes medidas que equilibran el asesoramiento médico y las preocupaciones económicas.

 

Sin embargo, Joe Carter hace un excelente punto:

“A pesar de lo que algunas personas en nuestras congregaciones pueden asumir, el relajamiento de restricciones sobre las reuniones no significa que la crisis de COVID-19 haya terminado. Lo que hará es trasladar la carga del riesgo sobre los hombros de pastores y ancianos”.

El agotamiento es real. La necesidad de compañerismo es real. Algunas iglesias aún batallan recogiendo las ofrendas a través de pagos físicos versus métodos en línea, y el dolor financiero es real. No estoy minimizando ninguno de esos factores cuando digo que los líderes de la iglesia deben decidir la mejor manera de satisfacer las necesidades de los miembros de su congregación y tomar esa decisión aparte de las presiones políticas y económicas que enfrentan los líderes en otros sectores de la vida.

 

Las preguntas que quedan en esta área son: ¿necesita su iglesia apresurarse para reunirse en persona, o simplemente desea reunirse en persona? ¿Estaría poniendo en riesgo a las personas a su cuidado por necesidad o por deseo? ¿Se pueden usar sus instalaciones de tal manera que las ventajas superen los riesgos de reunirse en persona? Eso significa limpieza repetitiva, distanciamiento social en todas las áreas, incluyendo los pasillos y baños, y no tener ningún ministerio infantil por el momento. La próxima semana, publicaré algunas de las mejores estrategias de reapertura que he visto y algunas opciones para iglesias de diferentes tamaños.

 

NO TE PIERDAS LA OPORTUNIDAD 

Me uno a los que creen que esta temporada será un punto de inflexión monumental en la vida de nuestro ministerio. He escuchado a iglesias de todos los tamaños decir que esta temporada los ha ayudado a explorar nuevos territorios con tecnología y grupos pequeños, y he visto a las iglesias innovar en formas que incluso los sorprendieron. He escuchado historias de nuestras iglesias étnicas que lanzan servicios en línea que satisfacen las necesidades de sus congregaciones aquí y llegan virtualmente a sus familias y miembros en sus países de origen por primera vez

En medio de toda la tristeza, también vale la pena recordar esas cosas. Dios es soberano y la Palabra no volverá vacía.

 

Muchas iglesias están reportando historias de éxito. Informan sobre el alcance de sus servicios en línea. Las ofrendas, aunque tal vez no sea tan altas como lo normal, no han reducido tanto como temían o incluso puede estar excediendo las expectativas.

Muchas personas disfrutan de la nueva libertad y flexibilidad de grupos en línea. Aunque todavía no he hablado con ningún pastor le gusta predicarle a una cámara, a todos los pastores disfrutan predicar a su gente sabiendo que ninguno de ellos está siendo expuesto a riesgos innecesarios. Incluso he conocido a algunos a quienes están contento de preparar y predicar un solo sermón en lugar de los cuatro o cinco que normalmente predican el domingo. Sus familias están bien contentas también.

 

Reconocemos que esta temporada es especialmente difícil para los pastores, así que no seas un llanero solitario. Ahora es un buen momento para multiplicarse entrenando a otros para que hagan el trabajo del ministerio. Al delegar tareas a otros, no solo está simplificando tu vida, sino que también está levantado la próxima generación de líderes. Estás creando una cultura de iglesia saludable.

A medida que comienza la próxima temporada de reapertura, le ruego a las iglesias que no intenten volver al estado anterior a COVID. Las cosas no volverán a la normalidad, ¡así que ni siquiera lo intentes! En lugar de dejar que esa realidad cree una sensación de temor en ti, deja que alimente una renovada sensación de innovación.

¿Cómo continuará capitalizando los progresos que su iglesia ha experimentado durante esta temporada? ¿Continuará ofreciendo a sus grupos la flexibilidad de las opciones en línea si lo eligen? ¿Continuará brindando su clase de membresía en línea y promoverá su plataforma de donaciones en línea? ¿Encontrará nuevas formas de conectarse con el público que no quiere o no puede salir, incluso después de abrir la sociedad?

No importa lo que hagas, aprovechemos al máximo estos tiempos extraños para ser los líderes que necesitamos ser pastoreando nuestras congregaciones, amando a nuestra comunidad y avanzando el evangelio sin importar la situación.