Tenemos hermosos pensamientos sobre lo que es o podría ser la iglesia, pero a través de diferentes experiencias frustrantes, desarrollamos un concepto que se parece más a un club social, que a la asamblea sobrenatural de creyentes llenos del Espíritu Santo. El esfuerzo que tomaba aprender a montar la bicicleta llevó un niño a abandonarla. Lo que él nunca se dio cuenta es que el verdadero problema era que las llantas de la bicicleta perdieron el aire. Igualmente, no podemos ser iglesia sin el Espíritu Santo.
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We have rich expectations of what the church is or could be, but through different frustrating experiences, we develop what looks more like a social club than a supernatural assembly of believers filled with the Holy Spirit. The frustrating amount of effort required may cause us to abandon our attempts. What we fail to realize, though, is that we can not be a church without the Holy Spirit.